Crónica: El UCAM Murcia cae con orgullo ante el Ibiza (1-0)
El gol del rival llegó tras un penalti dudoso que señaló el línea
El Universidad Católica de Murcia Club de Fútbol ha caído hoy con orgullo en la última ronda del playoff de ascenso a LaLiga SmartBank ante el Ibiza por 1-0. Los de Salmerón compitieron ante un duro rival. Ambos equipos tuvieron sus opciones, pero el rival se acabó llevando la victoria gracias a un tanto de penalti dudoso que señaló el juez de línea.
En el Nuevo Vivero se vivía una final por ascender a 2ª División y ambos equipos contaban con sus respectivas afuciones que coloreaban las gradas del campo con sus respectivos colores. Las primeras ocasiones de gol llegaron a partir del minuto 20. El Ibiza hacia daño con centros laterales, al igual que el UCAM Murcia que lo hacía a través de las botas de sus extremos: Liberto y Alberto Fernández.
En ese momento del partido falto poco para que llegara el 0-1. A raíz de un centro lateral, el despeje del centra del Ibiza se enveno a puerta y obligó a German Parreño a responder con reflejos para despejar ese rechace a saque de esquina.
Sin poco más que destacar, la primera parte de esta final por el ascenso llego al final. Tras el descanso, el guión fue muy idéntico al primer periodo.
La más clara del conjunto de José Maria Salmerón llegó a través de Jordi Sánchez. El delantero realizó un vaselina en el borde del área que se marchó rozando el larguero en 58.
El UCAM Murcia apretaba cada vez más e incomodaba a la zaga rival cada vez que se acercaban al área. Sin embargo, en el 68, el encuentro cambió por completo. El línea señaló la pena máxima bastante dudoso tras haber pitado el árbitro principal, inicialmente, falta fuera del área. Ekain asumió la responsabilidad y marcó el gol de los locales.
El equipo de José Maria Salmerón buscó reaccionar y hacer el 1-1 para forzar así la prórroga. El técnico almeriense movió su banquillo, dio frescura a sus onces valientes en el césped pero no fue suficiente. El encurntro llegó a su final y el UCAM Murcia, de José Maria Salmerón, cayó con orgullo y luchando en el último peldaño que daba una plaza al fútbol profesional.